Encuentro Interreligioso en la universidad de la Mística. CITeS

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Encuentro Interreligioso en la universidad de la Mística. CITeS

AVILA.  28.29 30 junio 2013.

Llevo unos días pensando en diseños florales que muestren ideas de unión fraterna, símbolos que sirvan para expresar sentimientos profundos y verdaderos de amistad, amor, respeto y libertad en el marco de la vida diaria, de unos y otros en una sociedad tan plural como la nuestra. Que todos estamos unidos por muchos más hilos de lo que  imaginamos, al margen de nuestras creencias vitales, religiosas, nuestra vida diaria, el trabajo o la falta del mismo, la familia con sus distintos colores, sufrimientos e ilusiones. La sociedad y la política, los movimientos, las olas  y su modas.

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Y todo esto me ha llevado a diseñar una cuerda muy florida, llena de hilos finos pero robustos. Hilos de una maroma que ha venido desde una obra, con restos de cal, polvo ,… con restos de haber vivido , trabajado, luchado y sufrido para subir muchos ladrillos de un lado a otro, mucho más interesante que si hubiera salido directamente del mostrador de una cordelería. Y quería mantener su rotundidad casi de serpiente, las flores tenían que mostrarse en grupitos diseminados para no robar nunca el protagonismo a su pardo color . La belleza en lo rugoso, polvoriento y callosos está muchas veces presente, igual que en el terciopelo, la seda o el satén. Una cuerda que como serpiente se adaptara a todos los terrenos, las rocas, los precipicios, colocando su barriga en cualquier superficie, uniendo lo alto con lo profundo, el cielo con el asfalto, lo seco del desierto todo sediento, con la liana que de un bosque tropical se lanza.

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La elección de flores venía casi de la mano de esta reflexión anterior, tenía que mostrar la pluralidad , la belleza de cada variedad, lo precioso que se esconde en cada grieta, en cada arruga , en cada rincón. Flores de todos los colores, diseminadas en grupitos, mostrando en su variedad la belleza de lo multiple, la belleza de la naturaleza que a todos nos une como una madre amorosa, orgullosa de los matices, el color y el tipo de sus retoños. Claveles rojos muy españoles como recién llegados de la Córdoba valiente y sensible que por aquí hemos conocido, de la Mesa Unidad  del salón de Mamen, ornitolagos naranjas como suaves edelweiss de las praderas húmedas de las montañas, malvas silvestres de color rosado  de algún descampado de la ciudad, junto con gerberas de colores brillantes como pintadas por un colegio de primaria,  cardos azules de las altiplanicies castellanas, callistemun limpiatubos de color rojo siempre misteriosos en sus planteamientos, statices y limoniums azules, hiedras, senecios junto a delicadas orquídeas cymbidiums, selváticas amigas. Mostrando todos juntos que la diversidad de colores, sustratos de crecimiento, cuidados y aclimataciones mas que ser un problema insalvable muestran la belleza de lo natural. Somos muy diferentes y en esto radica la belleza de la condición humana, el mapa de colores, formas y matices que entre todos formamos.

Y ahora que ya ha pasado todo, recuerdo estos días enredados en esta cuerda tan amorosa que nos abrazaba, creando entre nosotros mucha fraternidad, al hablar de tantos temas, al meditar en el jardín, … en las ceremonias, los diálogos, los cafés. Una cuerda que nos ha unido y que creo que se llama fraternidad. Como hermanos hemos soñado construir un mundo mas pacifico y feliz, donde las diferencias de creencia no aumenten el espiral de lo violento antes sirvan de huracán de paz, uniendo a todos los que aspiramos a un mundo donde se pueda vivir , un mundo mas justo. Uniendo a todos los que como canta Carmela Martinez con palabras de Edith Stein, buscamos la verdad. Y si buscamos con verdadero interés y de corazón, estas dos amigas nos dicen que encontraremos a Dios, a la divinidad de muchos nombres etiquetada pero cuya presencia en nuestras vidas estos días hemos constatado, por la cometa de color, ilusión y alegría que sobre todos ha volado , aquí tan cerca del cielo y de la muralla.

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Una Luciérnaga Entre Los Musgos Brilla

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“ Una luciérnaga entre los musgos brilla”.

Salimos a dar un paseo bajo la lluvia, disfrutando de los aromas del campo, los arroyos que nacen por cualquier vaguada,  con mi perra Sabrina correteando por allí tan contenta y el cielo que entre azules muy puros se dibujaba como un cuadro romántico de Turner o de Constable….. o de Nashsmith.

Y sobre el granito, los musgos brillaban con sus gotas de agua tan suavemente colocadas. Y me acordé de Rosalía de Castro, de su tierna melancolía, de lo que me gustan estos días bañados de agua y tan misteriosos, de su poema “una luciérnaga entre los musgos brilla”. Y sí,  creo que tengo algo de planta verde, de musgo en mi interior: adoro estos días encapotados, andar por ahí sin rumbo fijo bajo mi paraguas rojo.

“Una luciérnaga entre el musgo brilla y un astro en las alturas centellea; abismo arriba, y en el fondo abismo; ¿qué es al fin lo que acaba y lo que queda? En vano el pensamiento indaga y busca en lo insondable, ¡oh ciencia! Siempre, al llegar al término, ignoramos qué es al fin lo que acaba y lo que queda. Arrodillada ante la tosca imagen, mi espíritu, abismado en lo infinito, impía acaso, interrogando al cielo y al infierno a la vez, tiemblo y vacilo. ¿Qué somos? ¿Qué es la muerte? La campana con sus ecos responde a mis gemidos desde la altura, y sin esfuerzo el llanto baña ardiente mi rostro enflaquecido.  “

Una luciérnaga entre el musgo brilla.

Rosalía de Castro.luciernaga y musgo